*Por María Elizabeth Soto Parada
No cabe duda que “La guerra de los mundos” marcó un hito en la historia de la radiodifusión planetaria, sin embargo actualmente estamos atravesando otro momento relevante en el futuro del género. Ya habíamos advertido en reiteradas oportunidades los anuncios de “muerte” para la radiodifusión, pero solo contemplamos una metamorfosis.
Si bien en las zonas más alejadas de las grandes urbes en nuestro país aún permanece la misión de apuntar la antena de aire en el mejor lugar para oír en amplitud modulada, e incluso en frecuencia modulada, los tiempos están cambiando y pudieran dejar atrás aquella hazaña en la radio a pila. Nunca extinguirla, pero sí transformarla.
No es menor que en 2016
Y es que el sonido más limpio, de menor costo y de fácil manipulación para sus creadores y radioescuchas ha llevado a la proliferación del podcast, básicamente un archivo de audio o multimedia, descargable.
La base es la misma, pero la segmentación de los públicos ha llevado al giro más importante, giro que observan ávidos los creadores de contenido radial, pero por estos días, más aún los anunciadores.
Lo ha hecho paradójicamente en silencio, pero hoy el podcast está planteando si no una revolución de la “escucha”, una alternativa importante sobre todo en el público más joven. La mayor audiencia está entre los 25 y 54 años, según Edison Research, citado por Postedin que consigna además, que el 69% de los podcasts se escuchan desde dispositivos móviles.
La idea de seleccionar una categoría de lo que realmente “quiero” escuchar y no estar disponible abiertamente a lo que la radio tradicional ofrece, plantea un nuevo desafío al periodismo, más cercano a la tecnología, pero periodismo al fin y al cabo.
Europa ya lo demuestra.
Reuters Institute tiene cifras y estudios con aportaciones para cimentar un futuro en la era del podcasting. Así plantea que España se sitúa en el quinto país de mayor consumo de este nuevo formato de audio, entre 23 países analizados. El 40% de los internautas españoles escucha podcast, un porcentaje superior a Estados Unidos (33%), Francia (28%) o el Reino Unido (18%), y solo por debajo de Turquía (75%), Corea del Sur (58%), Hong Kong (55%) y Taiwán (47%), según datos de Reuters Institute.
Los datos anteriormente expuestos podemos relacionarlos con el contenido, pero la mayor sorpresa deja en evidencia cómo se mueve la industria publicitaria. Aquí es donde cobra relevancia el cambio que genera el mundo virtual actual, todos sus componentes entre ellos influencers, embajadores de marca, publicity, marketing, y un largo etc.
En 2015, según datos de Statista la inversión de publicidad en podcasts en Estados Unidos fue de 133 millones de dólares; según US Podcast ad Revenues para 2020, se espera que esa cifra se incremente hasta los 659 millones de dólares.
¿Dónde escucho un podcast?
Pudiera ser una gran pregunta de quienes aún no se interiorizan en el formato. La palabra viene de Ipod, el reproductor de Apple. La distribución de pódcast en sus inicios y en su mayoría se ha desarrollado en torno a Apple. Otra de las principales ventanas actuales es Spotify. Su cofundador Daniel Ek, anunció que la empresa adquiría tanto la productora de pódcast Gimlet Media, una de las más relevantes a nivel internacional, como la compañía Anchor, que hace más accesible la publicación y distribución de los archivos informó RTVE en febrero pasado.
«Teniendo como base datos de la industria de la radio, tenemos como suposición segura que, con el tiempo, más del 20% de toda la escucha de Spotify será contenido no musical», vaticinó Ek, expone RTVE.
En Chile los esfuerzos no son menores. Las universidades como la Universidad Diego Portales UDP, se han enfrentado a la modernidad y las escuelas de periodismo
han sido las encargadas de sumarse al carro y generar contenido en formato pódcast. También lo han hecho las plataformas web de las radios locales con la compra de contenidos o la generación propia. Incluso los diarios, tal cual The New York Times.
Una de las experiencias exitosas de podcasting en Chile se llama “Las Raras” iniciativa independiente que nace el 2015, y que apunta a dar a conocer historias de no ficción, “historias que desafían las imposiciones sociales y proponen reflexiones sobre el mundo que habitamos y el que queremos construir” dice su creadora Catalina May a cargo de la producción y el contenido, y Martín Cruz en sonido y música.
Forman parte de Cuonda, la comunidad de podcast independientes en español. Se pueden escuchar en iTunes, Spotify, Google Podcasts, Soundcloud, Stitcher, iVoox, Radio La Central, Radio Tsonami, entre otras plataformas. Y hoy son parte de Google Podcasts creator program, básicamente 20 semanas de capacitación, mentoría y financiamiento para podcasters, en Estados Unidos.
La selección de lo que quiero escuchar, la manipulación de este contenido ya sea por minuto, por capítulo; en el auto, en la calle, en el escritorio o en la casa, otorga alta facilidad para seguir una historia, para recurrir a antiguos recursos como los radioteatros, solo a modo de ejemplo. Incluso para fortalecer el aprendizaje personal en materias disponibles solo en la alta cultura de escuelas de arte, historia, cine y museos. Consumo «a la carta» o “on demand” del audio, libre de las parrillas programáticas de las radios.
Este año la UNESCO celebró el Día Mundial de la Radio
2019, con el mensaje de fortalecer la “diversidad, la paz y el desarrollo”, a través de la radiodifusión. Tal como plantea la Unesco “la radio es el medio perfecto para contrarrestar los llamamientos a la violencia y la propagación de conflictos, especialmente en regiones potencialmente más expuestas a tales realidades”. Esa centralidad es el gran desafío a no perder de vista en la industria del pódcast; desafío en el que aventaja –solo por su historia- la radio tradicional.
*Periodista Universidad de Concepción.
Magister Internacional en Comunicación y Comunicación de Empresas UDP – Pompeu Fabra
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